La pandemia de COVID-19 como impulso para (re)pensar la economía en clave circular

La pandemia ha tenido un impacto tremendo sobre la economía mundial y ha afectado, de una u otra forma, a todos los sectores productivos. Muchos procesos han quedado suspendidos a la espera de una vacuna que permita retomar el funcionamiento de la vida social y económica. El confinamiento de millones de personas en el mundo ha impulsado debates sobre nuevas formas de vivir, nuevas maneras de habitar el mundo y cómo nos ocupamos de cuidar nuestro entorno. Y la economía circular tiene un papel fundamental en esta discusión; sobre todo, ante la necesidad imperiosa de reactivación con sentido de adaptación y crecimiento sostenible.
El modelo lineal de los procesos productivos (extraer recursos, transformarlos, producir, consumir y desechar) está en retirada y la necesidad de un modelo circular que permita eliminar los desechos y recircular los materiales, a través del uso eficiente de energías renovables, se instala cada vez con más fuerza a nivel mundial.
De eso se trata la economía circular, que las empresas piensen cómo pueden adaptar sus procesos productivos para rediseñar sus productos y servicios, reducir el uso de materias primas vírgenes, reutilizar los insumos y productos que producen, para mantener por el mayor tiempo posible los materiales y productos al mayor valor posible.