¿Cómo ser una empresa sostenible?

Ser una empresa sostenible ofrece importantes ventajas, como el crecimiento de la base de clientes, la mejora de la reputación de la marca, nuevas fuentes de ingresos, entre otras. De hecho, un estudio de Nielsen señala que 66% de los clientes están dispuestos a pagar más por un producto si proviene de una empresa con prácticas de sostenibilidad, socialmente responsable o preocupada por el medioambiente.
Ser sostenible es un plan de negocio inteligente y las empresas que se niegan a implementar este modelo se arriesgan a desaparecer. Por esta razón hay cada vez más empresas que ponen en prácticas acciones de tipo sostenible en su organización, como la correcta gestión de residuos y el reciclaje.
Los residuos son consecuencia de los procesos de fabricación, transformación, limpieza, mantenimiento u otro tipo de actividades industriales. Las empresas pueden llegar a producir toneladas de residuos, unas más que otras según el sector donde se desempeñen. Para que una empresa sea sostenible, la principal acción que debe llevar a cabo es una correcta gestión de los residuos.
La clave está en minimizar y segregar en el origen, es decir, reducir la cantidad de residuos para aprovechar la materia prima de una forma más eficiente. Esto se puede lograr con un cambio de tratamiento de los desechos, con una adecuación de los proveedores o con una optimización en la logística.
En cuanto al reciclaje, el reciclaje de papel es una de las acciones más comunes. Y es muy importante, dado que por cada 200 hojas de papel recicladas se evita la emisión de 900 gramos de CO2. Pero también hay otras acciones que se pueden llevar a cabo, como el reciclaje de tóner, un producto que en la mayoría de los casos termina en vertederos. Su reciclaje ayuda no solo a reducir las emisiones de CO2, sino también a conservar los recursos naturales y a reducir la basura.