CEPAL anuncia un fondo de reconstrucción para América Latina por la pandemia de COVID-19

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe de Naciones Unidas (CEPAL) ha anunciado el lanzamiento del Fondo para aliviar la economía de COVID-19 (FACE), dotado con una partida de 500.000 millones de dólares, para la recuperación económica en los países de renta media. El fondo ha sido presentado por el que será el presidente de CEPAL hasta 2022, Carlos Alvarado, que actualmente ejerce como presidente de Costa Rica y que sustituye en el cargo a Alicia Bárcena.
La pandemia del Covid-19 está teniendo un profundo impacto en las condiciones socioeconómicas de América Latina y el Caribe, acentuando un escenario ya muy complejo debido a las debilidades estructurales existentes en la región. Esta crisis sin precedentes llega en un momento de altas aspiraciones de la sociedad y refuerza la necesidad de transformar el modelo de desarrollo de la región.
La reconstrucción de las economías en América Latina requiere una transformación digital y la aplicación de medidas “excepcionales” ante el golpe de la pandemia del COVID-19 que provocará la contracción en más de 9% del PIB regional, el cierre de 2.7 millones de empresas y la pérdida de 8.5 millones de puestos de trabajo, según advierte el informe Perspectivas Económicas de América Latina 2020, desarrollado en conjunto por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL).
El impacto social por la pandemia está siendo particularmente difícil para el 40% de los trabajadores que no tienen acceso a ninguna forma de ayuda ni mecanismo de protección social, pero también para las micro y pequeñas empresas, que carecen de capacidad para amortiguar el golpe. Los desafíos creados por esta crisis son numerosos, pero la adopción de sólidas políticas públicas y alianzas, tanto a escala nacional como internacional, puede convertir este complicado escenario en una oportunidad para redefinir el contrato social, dando prioridad al bienestar de las personas.
El informe sobre las perspectivas económicas de la Región, explora cómo la transformación digital puede ayudar a hacer frente a la situación socioeconómica actual, impulsar la productividad, fortalecer las instituciones y lograr niveles más altos de inclusión y bienestar. El informe también incide en el papel clave que las alianzas internacionales tienen para aprovechar los beneficios de la transformación digital. “Esta crisis ha evidenciado algo fundamental que resaltamos en el informe y es que la digitalización hoy es un bien básico y necesario, pero nuestra región aún tiene 40 millones de hogares sin conectividad a internet que no pueden participar en teletrabajo o teleducación”, alerta la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena. Bárcena explica que una mejor reconstrucción requerirá igualdad, sostenibilidad y repensar el modelo de desarrollo, dirigiendo los esfuerzos a la “infraestructura de la vida” (agua, electricidad, salud y protección social) y la creación de nuevos empleos con base en un nuevo pacto político, fiscal y social orientado hacia sectores que conduzcan a una economía más verde.
América Latina y el Caribe necesitan algo más que invertir en nuevas estructuras. Así de contundente se muestra el Banco Interamericano de Desarrollo que traza el rumbo de una masiva transformación de la infraestructura en América Latina y el Caribe mediante avances en eficiencia, uso de las tecnologías digitales y un cambio de enfoque hacia la calidad y la asequibilidad de los servicios al consumidor en lugar de las estructuras.
El último informe del Banco Interamericano de Desarrollo, titulado El Camino a una Mejor Infraestructura en América Latina y el Caribe, afirma que destinar más fondos públicos y privados a garantizar el acceso, calidad y asequibilidad de estos servicios esenciales es fundamental para reducir la desigualdad y asegurar la prosperidad de la región en los próximos años. Aumentos relativamente menores en la eficiencia de los servicios mediante un incremento de la digitalización y otras acciones pueden impulsar el crecimiento en 5,7 puntos porcentuales durante un período de 10 años. Para América Latina y el Caribe, eso representa alrededor de 325.000 millones de dólares. Este estudio es parte de la serie de estudios insignia Desarrollo en las Américas y resultado de largos años de investigación sobre las últimas tendencias en los sectores de agua, energía y transporte y sobre cómo pueden éstas ser adoptadas por los países de América Latina y el Caribe.
La región adolece de profundas brechas en infraestructura frente a las economías más desarrolladas, señalan los estudios. América Latina y el Caribe han invertido un 2,8% de su PIB en infraestructura durante la última década, la mitad que los países emergentes de Asia. “Durante demasiado tiempo nos hemos enfocado en los ladrillos, cañerías y otros activos tangibles”, afirma Agustín Aguerre, Gerente del Departamento de Infraestructura del BID. “La tecnología digital nos permite tener una mejor comprensión de cómo la gente utiliza las carreteras y consume agua y electricidad. Nuestra infraestructura del futuro será más económica, más sustentable y acorde con la necesidad de nuestros ciudadanos”, finaliza.