Así impacta la crisis del COVID-19 en la industria del reciclaje

El reciclaje está siendo afectado por el confinamiento obligatorio, pero algunos países, buscan continuar con la actividad a través de los recuperadores urbanos y las medidas de protección adecuadas, mientras que en otros, las actividades están completamente paradas, dificultando la recuperación de materiales, y como consecuencia, aumentando la cantidad de residuos que terminarán en los rellenos sanitarios o basurales.
“A nivel mundial la tendencia es suspender los programas de reciclaje. Algunos programas de recolección de residuos siguen en funcionamiento, pero se dejó de lado la actividad de separación”, advirtió Florencia Rojas, del programa de reciclaje inclusivo de Fundación Avina, en el webinar ¿Qué pasa con nuestros residuos sólidos y los recicladores/as de base en épocas de pandemia?
“Esto trae consecuencias de triple impacto: por un lado, económicas, relacionadas con el ingreso que tienen los recicladores de base; también impacta en el reciclaje, sin los recuperadores de base que puedan recuperar los materiales no puede avanzar la industria, y esto provoca un retroceso en el cambio de paradigma que venimos transitando hace algunos años, movernos de una economía líneal a una economía circular”, agrega Rojas.
Por su parte, Verónica de la Cerda, CEO de Triciclos, empresa que promueve el reciclaje y la separación de residuos en Chile, indicó a ComunicarSe que sus operaciones están suspendidas por el riesgo que conlleva para la seguridad de los trabajadores. “A diferencia de la recolección de basura tradicional que consiste en manipular bolsas cerradas de basura y donde se pueden tomar precauciones, en la recolección de reciclables las medidas de prevención son más complicadas. En nuestro caso, las personas dejan sus residuos reciclables domiciliarios en los puntos limpios y allí el personal realiza una separación del material y entra en contacto directo con envases que podrían estar contaminados”.
De la Cerda agrega que el riesgo de contagio depende del tipo de residuo y material a reciclar. “Cabe diferenciar que hay varios residuos reciclables que no necesariamente generan este mismo riesgo de contagio. Por ejemplo, los empaques de cartón o film que se generan en los supermercados y que están creciendo debido al aumento de la demanda de bienes esenciales podrían reciclarse con menor riesgo”. También sugirió considerar almacenar los materiales en depósito para clasificarlos luego cuando el tiempo de vida del virus haya pasado.
En esta línea, un tema polémico es el tiempo de vida del virus en los materiales. Los científicos que estudian cuánto tiempo permanece el nuevo coronavirus en diferentes materiales dicen que puede sobrevivir hasta tres días en plástico, pero aún no han demostrado que el virus se transmite a través de objetos inanimados. Las repercusiones negativas sobre la conciencia ciudadana también peligran. La interrupción de las actividades de reciclaje retrasa todas las acciones de educación y concientización en separación y reciclaje de los residuos, con impactos ambientales como un incremento de volumen y los productos que van al relleno sanitario.
Asimismo, se produjo una mayor demanda de materiales descartables y plástico de un solo uso como medida de prevención del contagio. Con la pandemia actual es probable que los clientes cuestionen los sistemas de higiene de los vasos reutilizables, por ejemplo. Aunque es poco probable que los artículos reutilizables o propaguen el nuevo coronavirus, siempre que se laven o desinfecten entre usos, los artículos nuevos generan mayor confianza, mientras que los productos reutilizables pueden verse perjudicados. De la Cerda indica que si bien esto puede ser negativo para el mundo del reciclaje es inevitable para proteger la salud. “Lo primero es proteger a las personas. Después tenemos que ver de darle ímpetu a todas las acciones en pro de fomentar un consumo responsable”. Recomienda trabajar con los ciudadanos para realizar un consumo más consciente, evitar productos con empaques excesivos y reutilizar en la medida que sea posible.
En América Latina, las restricciones impuestas al reciclaje debido a la cuarentena y medidas de prevención han generado que las tasas de reciclaje están disminuyendo. Por ejemplo, en Chile la Asociación Nacional de la Industria del Reciclaje advierte que la recepción de materiales en las plantas de reciclaje ya ha disminuido en un 30%, y ante una paralización se ponen en riesgo más de 10 mil puestos de trabajo solo en las 29 empresas socias, según afirma la industria. Algunos países como El Salvador, Costa Rica y Perú han prohibido la actividad de los recuperadores de base. Otros países como Colombia y Argentina, los gobiernos nacionales permiten la actividad de recicladores, aunque a nivel municipal puede estar prohibida.
Varias asociaciones de recicladores demandan ser considerados como una “actividad esencial” que les permita seguir operando. No solo como una medida para evitar que los residuos reciclables terminen mezclados con la basura, se contaminen y finalmente terminen en un relleno sanitario, sino porque permite la recuperación de materias primas indispensables para la fabricación de productos básicos como papel, cartón, plástico y vidrio, entre otros.
Ante la demanda del sector, el gobierno de Chile presentó un nuevo instructivo para la entrega de permisos de desplazamiento en cuarentena, que los incluyó entre los servicios de utilidad pública sujetos a este beneficio. Además, elaboró un plan con cinco líneas de acción que destaca el reconocimiento de las labores de recolección y traslado a las plantas de reciclaje como actividades esenciales y supone una distribución de equipos de protección personal (EPP) a los recicladores de base.